Desde mis años mozos había tenido una idea en mente. Una idea normalita, no creáis. No voy a tirar por cosas del estilo:
Quiero dar la vuelta al mundo
Vivir en 8 países
Hacer la ruta Moscú-Vladivostok a bordo del Transiberiano
Mis pretensiones eran más de andar por casa, de quedarme en territorio patrio:
Quiero viajar a Soria mientras canturreo la canción de Gabinete Caligari 😉
Y en Semana Santa me llevé a mi esposo y a Pegotito a pasar unos días a la que llaman la provincia más fría de España, de lo que doy fe. 😉
En esta ocasión escogimos como cuartel general un pequeño pueblo llamado Molinos de Duero. Una población tranquila donde poder echarnos siestas de 2 horas, con edificios color sepia y ese sabor a brasero y chocolate calentito que recorre todas y cada una de sus calles adoquinadas. Y con un parque, por supuesto, que nos recibió el primer día de nuestra estancia.

Panorámica de Molinos de Duero, Soria.

Callejeando por Molinos de Duero.
En Soria, Pegotito pudo ver y tocar la nieve por primera vez. En el Punto de Nieve de Santa Inés descubrió lo fría que está y lo divertido que es tirar bolas a mamá (cría cuervos…). Pero, sin duda, lo que más le gustó y de lo que se sigue acordando (me lo dice cada día), es de las magdalenas que nos comimos en el restaurante de la estación de esquí, donde nos metimos para tomar algo calentito y protegernos de la nevada que comenzó a caer y que, afortunadamente, no duró demasiado.

¡Qué maravilla de paisaje!
También fuimos a la playa. En la zona de veraneo conocida como Playa Pita (o Embalse de la Cuerda del Pozo) pudimos dar un agradable paseo y saltar en los charcos para aprovechar las botas de agua que metimos en la maleta. Teníamos la zona para nosotros solitos, así que estábamos en la gloria, con el único pero de que no pudimos practicar piragüismo ni tomar algo en el bar. En fin, no se puede tener todo… 😉

Aún recuerdo el olor a pino…

Un estupendo lugar para practicar la meditación.
Y tuvimos nuestro ratito de montaña, of course. La Laguna Negra nos llamó y acudimos en su busca, atraídos por sus leyendas y el paisaje que la rodea. Pero una carretera cortada por la nieve y un Pegotito que no quiso recorrer subida en su Manduca los 7 kilómetros que nos separaban de ella nos hizo darnos la vuelta a la mitad del camino, no sin antes contemplar, maravillados, el espectáculo que se presentaba ante nuestros ojos.
Claro que, no nos íbamos a dejar vencer por el destino. Y un rato después nos encontramos, calentitos, en un restaurante de la vecina Vinuesa, fijando las pupilas en el crepitar del fuego de la chimenea.
Y, por supuesto, no podíamos perdernos Soria, ciudad de poetas y poesías a la orilla del Duero, mientras recorríamos el sublime paseo que nos llevaría hasta la ermita de San Saturio.

Paseando por la ribera del Duero, Soria.

Y he aquí la ermita de San Saturio, en Soria.
Porque, a veces, es posible disfrutar del mal tiempo. Solo hay que mirar con el cristal adecuado y ver cómo las cosas que se presentan grises, tornan de color. 😉
¿Conocéis Soria?
No, pero es maravilloso, que bonitas imágenes parecen postales verdad? Gracias por compartir. 😘😘😘
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Sí, son muy chulas. Gracias 🙂 Me encantar llevar la cámara al hombro.
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Me ha encantado cómo ha empezado la entrada jijiji.
No tengo la suerte de conocer Soria, pero viendo las fotos, tiene una pinta preciosa. Quizá con un tiempo más primaveral sea más apetecible, aunque con frío y nieve también su encanto 😉
Un abrazo!
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La verdad es que con frío moló mucho. Daba un gustito entrar en casa y ver cómo llovía y nevaba desde el calor del hogar… Y lo de comer en un restaurante con chimenea, insuperable. 😉
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Yo sí conozco Soria y es muy bonita. Qué pena que no llegaseis a la Laguna Negra! Ya tenéis excusa para volver 🙂
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¡Eso digo yo! ¡Volveremos! 🙂
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Que si la conozco?? Vivo a 20km de donde has estado tu!!!! Podíamos habernos visto jodia.
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No!!!!! Qué fuerte!!!!! :)))))) Me dijiste que eras de Soria pero no sabía por dónde!! Qué bueno!
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Si te ve una empresa de viajes igual te contrata porque a mi me has convencido para ir a Soria con esas fotos. Que paisajes más bonitos!!!!
Nosotros queríamos ir hace 2 años y no fuimos y ahora nos arrepentimos, igual vamos el año que viene que rubiales tendrá 2 añitos.
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:)) Gracias!! Es muy chuli. Y a Pegotito le encantó. Así que a rubiales también 😉
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Es preciosooo!! Tengo pendiente ir, a ver cuando será posible!!
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Pues mira, el verano está a la vuelta de la esquina… 😉
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Que chulada!! No conozco Soria pero a mi tambien me la has vendido jeje pese al frío!! Las fotos son preciosas y soy fan de los paseos descubriendo pueblecitos chulos y ermitas por ahí escondidas!! Gracias por el paseo!! Un besote!
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Pues ala, a visitarla este verano, que seguro que estais fresquitos, sobre todo por las noches! 🙂
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Bonita galería, enhorabuena por tu blog. Te dejo el mio si te animas a seguirme http://fotografiarocioph.com/ 🙂
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Gracias. Es un honor que me digas eso 🙂
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