Casi un mes después de volver me lanzo a contaros nuestras vacaciones de verano. Más vale tarde que nunca. 😉
Este año queríamos que Pegotito conociera el mar. Tiene tanta fijación con las piscinas («agua gande» las llama), muy a mi pesar, que pensábamos que con el mar fliparía en colores.
Solo pusimos un requisito: escapar del insufrible calor que hemos padecido en Madrid durante los meses de junio, julio y parte de agosto, así que nos decantamos por el norte (como viene siendo habitual en nuestras escapadas veraniegas), en concreto Cantabria.
Así que el día 4 de agosto pusimos rumbo a Tagle, un pequeño pueblecito casi en la costa (y digo casi porque la playa está a unos 15 minutos andando o 2 en coche), pegado a Suances y muy próximo a Santillana del Mar.

Aquí la playa de Tagle. Esta foto no es mía. Fuente: http://fotosdelamsfus.blogspot.com.es/2012/06/en-la-playa-de-tagle-todavia-es.html
El viaje fue un poco accidentado: entre que nos olvidamos los papeles del coche y tuvimos que regresar a por ellos cuando estábamos saliendo de Madrid y la vomitona de Pegotito con la que entramos triunfantes en Burgos, al estilo de El Cid, el periplo se alargó más de lo debido y acabamos comiendo casi a las 4 de la tarde, una vez desembarcamos en la casa que habíamos alquilado y sacamos los bártulos del coche. Pegotito encantada, oye. No me explico cómo puede estar alguien tan campante cuando ha echado los higadillos junto con todo el desayuno de las 11 de la mañana, con su zumo, sus galletas, su croissant… , tener el estómago medio vacío y aún sacar fuerzas para corretear por el jardín y decir «hola» a todo bicho que se encontraba por el camino, incluidos animales y seres inertes. Esto es más inexplicable que el hecho de que Bertín Osborne tenga su propio programa de entrevistas. Ahí es nada… 😉
Esa noche supimos lo que era dormir a pierna suelta, como no experimentábamos desde hacía semanas por las altas temperaturas. Desde luego, hacerlo con pijama de invierno y arropaditos con mantas nos dio la vida.
A lo que íbamos…, la playa. ¿Que si le gustó a Pegotito? Pues sí y no a la vez (esto es como lo del Gato de Schrödinger. Llamadme friki si queréis). El mar le volvió loca. Pero la arena… Caminar descalza por esa materia marrón era como pisar las ascuas de una hoguera: «¡daño, mamá!». Así que se pasaba el rato de playa (tampoco es que nos guste mucho tirarnos las horas muertas allí) sentada en la toalla jugando con el cubo y la pala y vigilando atentamente cualquier granito de arena que osaba pegarse a su delicada piel. Y eso ya sabéis que, en la playa, es misión imposible.
Hicimos alguna excursión por los alrededores. Como os decía, teníamos Suances a tiro de piedra, así que aparte de ir allí a comprar avituallamiento (en Tagle solo había un bar con una pequeña parte de tienda que se llamaba «Centro comercial». ¡Nos partimos de risa cuando lo vimos!), aprovechamos para pasear y mojarnos un poco en la playa. Porque, contra todo pronóstico, hemos ido a la playa muchos días. El tiempo en el norte no es tan malo como dicen. Y si lo es, es igual. Coges los bártulos y a la calle. 😉
Si pasáis por allí, os recomiendo una panadería, pastelería y restaurante (lo tiene todo) llamada La Gallofa. Es, simplemente, IN-CRE-ÍBLE. El pan, delicioso; los bollitos, tartas y pasteles exquisitos. Y las pizzas… ¡Cómo describir el olor a pizza que impregnaba el local cuando entrabas a comprar el pan! Te daban ganas de comértelo todo y repetir hasta morir… Alguna tarde de estas de llueve-no llueve-llueve-no llueve acabamos allí merendando los tres, alrededor de una mesa de madera con vistas a la calle.
También visitamos Santillana del Mar, mi sueño desde que iba al instituto y estudiábamos el arte prehistórico. Pues toma decepción, y por partida doble. El pueblo es precioso, por descontado, pero más masificado que la Gran Vía de Madrid en Navidad. Si os digo que había cola para entrar con el coche y que en vez de calles había riadas de gente os hacéis una idea. Y, para colmo, nos quedamos sin poder visitar el Museo de Altamira. ¡Cómo me iba a imaginar que había que reservar las entradas y que en taquilla no se podían adquirir para el día siguiente! ¡Si en Burgos no habíamos tenido problemas el año anterior para visitar el Museo de la Evolución Humana, yacimientos de Atapuerca incluidos! De hecho creo que nunca me he quedado sin entradas en ningún museo, ni en el Louvre, ni en la National Gallery, ni en el Museo Van Gogh de Ámsterdam, ni en el Prado. ¿De verdad es tan increíble la reproducción de la cueva original, la Neocueva, que hay que pedir cita con anterioridad? A ver si ponen más facilidades…
Lo que sí visitamos, y he de decir que fue una grata sorpresa, fue el Zoo de Santillana. ¡Qué bien lo pasamos viendo las distintas especies! ¡Y qué grande! Súper recomendable para ir con los peques para que puedan ver tigres, primates, leones, bisontes, cocodrilos, búhos, ciervos…
En definitiva, fueron unos días de no hacer nada, de jugar a todas horas, de vivir sin prisas. Pero, sobre todo, de disfrutar los tres de nuestra pequeña familia.
Y por fin pudimos decir que…
Aunque con un poco de retraso…, ¿qué tal vuestras vacaciones? 😉
Wooow! Lo habéis pasado fetén, jiji. Estoy viendo, entre los blogs que sigo, que muchas familias habéis optado por ir al norte. Hay tantas cosas chulas que ver!
Es una pena que os quedárais sin ver el museo de Altamira. Para próximos viajes, a informarse muy bien de todo.
Yo soy de las típicas que mira y remira las cosas, horarios, precios de entradas, días de apertura… de las que hace plannings al milímetro (aunque luego nos lo saltemos si hace falta).
Nosotros no hemos ido a ningún sitio de vacaciones. Vivimos en la costa y hemos estado yendo a sitios que le gustan al pichón (al zoo, parques varios, fiestas de pueblo, playa, acuarios…).
Pichón es totalmente opuesto a Pegotito. Él adoooora la arena y, para mi desesperación (no me gusta la arena), se reboza cual croquetilla. Eso sí, el mar de lejos y de bañarse poco-poquito.
Ay, qué ganitas de viajar tengo… A ver si el año que viene nos animamos.
Un abrazo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Seguro que las próximas vacas vais a algún sitio chulo. 😉
Envidio a las que vivís en la costa, no creas. Me encanta pasear por la orilla del mar, sobre todo cuando hay poca gente. Madrid tiene de todo menos playa. Y se echa mucho en falta. Aunque igual luego la acababa odiando, ¡quién sabe! 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
Nuestro verano ha tenido sus más y sus menos. Las dos primeras semanas me las pasé recluida, en plena ola de calor, con amenaza de aborto y reposo absoluto, con un mozo cabreado y que se subía por las paredes.
Las dos semanas siguientes, me dieron el alta, nos fuimos también a tierras norteñas huyendo de los Madriles y fue maravilloso. Nos remojamos, paseamos, comimos, el mozo se desfogó subiendo cuestas arriba y abajo…. Así que menos mal que me dieron el alta porque habría acabado lanzando a mi mozo por la ventana!
Un abrazo 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Vaya! Me alegro de que todo esté mejor ya. 🙂 Qué bien contar con otra madrileña por aquí para quejarnos del calor y del frío. Muchas gracias por tu comentario. Muaks!
Me gustaMe gusta
Se parece mucho a nuestro viajecito a Asturias! Huyendo del calor de Madrid a dormir arropaditos!! jeje y a que Pichí viese el mar. Lo que pasa es que al final fuimos a playas de interior de éstas que ni olas ni nada… la arena ¡todo un descubirmiento! Al principio como con miedo y luego ya tuvimos que pararla para que no se la comiera jeje Tenía 8 meses a ver al año que viene si se vuelve tan fina como Pegotito con la arena jajaja un besote!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pero si hemos compartido destino!!!! Nosotros también estuvimos por tierras cántabras, aunque la verdad es que apenas nos movimos de Santander. A Álvaro no estuvo muy a gusto y decidimos adelantar la vuelta. Me alegro de que disfrutarais 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
La verdad es que Cantabria ha sido un destino de lo más concurrido entre las mamis blogueras que sigo. 🙂
Me gustaMe gusta
ayyyy hemos coincidido en el destino de vacaciones! jajaja. En estos dias intentaré hacer un resumen . Por cierto, también fue la primera vez que el mio veía el mar.
Me gustaLe gusta a 1 persona
No, si te digo yo que habré visto a alguna mami bloguera por tierras cántabras sin percatarme de la identidad. 😉 Espero leer lo bien que lo habéis pasado muy pronto.
Me gustaMe gusta
Uf pues estuvimos por cabarceno, liencres, la península de la magdalena, el sardinero, Mataleñas, santillana… Fijo que alguna nos cruzamos jajja. Pero en mi caso es difícil porque yo fui la semana pasada, que en agosto nos es imposible coger vacaciones. Estoy preparando ya un resumen de lo que hicimos para que sirva como guía. Antes tengo que organizarme, presentar la nueva imagen del blog etc.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muy bien, Señora Jumbo. 🙂 Yo con muchos posts en el tintero también. En cuanto volvamos a casa (hemos estado fuera unos días) retomo mi actividad blogueril.
Me gustaLe gusta a 1 persona