Solo conozco a tres personas que, como yo, tienen miedo a los pájaros: Kiko Rivera, la sobrina de una buena amiga mía y una chica que conocí hace siete años en un curso de Photoshop.
Ya no me siento un bicho raro. Ahora puedo decir sin tapujos que tengo ornitofobia, como el hijo de la Pantoja, cuando sucede alguno de estos acontecimientos, reales como la vida misma.
- Veo una bandada de palomas que se abalanzan contra un trozo de pan cual zombis en The Walking Dead y tengo que ponerme a salvo a unos 200 metros.
- Se me aproxima un pajarillo, en apariencia inofensivo, cuando estoy en algún parque, y comienzo a huir sigilosamente, para no despertar sospechas.
- Me persigue un pavo porque voy comiendo pipas y tengo que echar a correr como alma que lleva el diablo.
- Una gaviota se interpone en mi camino tratando de proteger a su cría, desplegando sus alas de una forma amenazante, mientras veo mi vida pasar como en una película (las gaviotas de las Islas Cíes tienen muy mala leche).
Entonces no te gustará la peli de Los pájaros, ¿no? ¡Jaja!
Pues no, mira. Hasta las narices estoy de esa cancioncilla. Porque sea un miedo poco convencional, no significa que sea menos que los otros. Yo no me descojono cuando alguien va y me dice que tiene fobia a las arañas o a los espacios cerrados. Sé lo mal que se pasa y lo incomprendido que te sientes.
Pero claro, ahora soy madre y eso lo cambia todo. Tengo que empezar a superar mis miedos, aunque sea solo un poco.
Porque a Pegotito le chiflan las palomas y cualquier otro ave que nos encontramos por la calle. Eso sí, yo trato de esquivarlos como puedo y le digo que es mejor verlos de lejos. Que corra el aire. Lo malo es cuando quiere pasar entre una bandada para espantarlas. Entonces cierro los ojos, me santiguo y allá que voy. ¡Jerónimoooo!
¿Y qué me decís de El pollo Pepe? Tiene narices la cosa que el best seller infantil por antonomasia trate de un pollo (un insulso pollo, todo hay que decirlo. Que encima la traducción al español ni rima ni ná de ná). Y encima el día que decido comprárselo a Pegotito (porque si no parece que voy a causarle un trauma), viene con un muñeco de un pollo. ¡Aggg!
En cuanto a las gaviotas, veremos cómo nos las apañamos este verano. Porque esos bichos son muy, muy grandes. Y aunque vaya haciendo mis progresos, aún me queda camino por recorrer.
Está claro que ser madre te cambia la vida. Porque lo que no hagamos por nuestros hijos… 😉
Si que es verdad que lo que no hagas por los hijos no lo haces por nadie 🙂 A mi hija le encanta cazar bichos para mirarlos en lupa y yo no los soporto, pero si hay que hacerlo se hace.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Jajaja! Pues sí. Ya me lo decía mi madre, y yo no le hacía ni caso. 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
jaja justo hoy me he enterado del marido de una amiga mía, que le tiene pánico a todo bicho con plumas. Mira que curioso eh. Yo tengo pánico a todo animal en general..en serio.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Jaja! Otro para la pandi 😉
Qué mal se pasa, ¿verdad, Sra. Jumbo?
Me gustaLe gusta a 1 persona
Uf sobre todo con la gente que te dice: pero que no hace nada.. Pero que no muerde.. Tranquila que es muy bueno etc. A ver, que me da igual lo bueno que sea, que me da pánico los bichos sean perros gatos o lagartijas. No puedo estar cerca de uno por mucho que tu me digas que es buenísimo. Procuro ignorarlos cuando estoy con amigas y tienen a sus mascotas al lado, pero a veces esas mascotas se ponen a olermeto chuparme y de verdad que me cuesta mucho el no salir corriendo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sí, lo mismo digo. Como cuando vamos por la calle, Pegotito andando, se le aproxima un perro y yo la aparto porque me da miedo y enseguida me dice el dueño: «Pero si no hace nada». Y yo le digo: «¿Y si no hace nada hasta ahora? Es un animal y puede tratar de defenderse. ¿Dejo que muerda a mi hija?».
Me gustaMe gusta
Yo conozco una chica que le tiene también miedo a las aves, sobre todo a las palomas, y la verdad es que al principio me pensaba que era coña, pero al verla como se ponía comprendí que era verdad, y lo busqué en internet y vaya, era una fobia, pues como a los perros, que conozco otra chica que no puede ver un perro, ni grande ni pequeño ni minusculo, yo tengo fobia al fuego, lo paso fatal.
Me gustaLe gusta a 1 persona
No, si al final se va a cumplir ese dicho de: «Dios los cría y ellos se juntan». 😉
Uf, sí, se pasa mal, ya te lo digo yo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Jo, maja, parece de coña pero en el fondo tiene que ser una p*t*d*!!
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Bah! Aprendes a vivir con ello, no creas. Se trata de esquivar cualquier cosa con alas, pico y plumas, como puedas. 😉
Me gustaMe gusta
Pingback: Visitando Las Médulas (III) | Diario de una mami
Pingback: Perros, canes y demás fauna urbana | Diario de una mami
Te acabo de descubrir y leyendo entradas me encuento con esta, aquí la menda no es que le tenga miedo a todo ser viviente con plumas sino que es autentico terror, quien me dice que no hacen nada, que son pequeños… no saben lo mal que se pasa.
Me gustaLe gusta a 1 persona
¡Ay, cómo te entiendo! 🙂
Me gustaMe gusta