Ya os contaba hace unos días en mi post «Dicen que los niños son como esponjas» lo mucho que me sorprende cómo Pegotito nos imita en todo. Cada cosa que hace o dice es un calco, a su manera, de nuestros actos, actitudes, estados de ánimo y palabras.
Hoy quiero hablaros de esto último, las palabras. Ya lo decía Richard Burton (¿será el actor?):
«Una palabra hiere más profundamente que una espada «
¿A quién no le han dicho alguna vez lo de «Fíjate la hija de Fulanito, lo bien que come, no como tú»? O «Es que vas hecha un desastre, no como la sobrina de Menganito, siempre de punta en blanco». Y el clásico «¡Levántate ya, hombre, que eres un vagueras!» ¿¿Pero por qué?? ¡¡Si es sábado!!
Sobre estas joyitas de frases trata este artículo de Psicologia-online.com al que quiero hacer referencia hoy. Se titula «Lo que nunca, y lo que siempre, deberías decir a tu hijo«. A modo de resumen, debemos reducir (si las eliminamos, mejor que mejor) las veces que decimos lo anterior y fomentar en su lugar los «Te quiero«, «gracias«, «perdóname» y «no te preocupes, lo volveremos a intentar«.
Yo no sé vosotras, pero me parece que se me va acumulando el trabajo con tantas recomendaciones. 😉
¿Qué os parece el listado? ¿Echáis alguna otra frase de más o de menos?
jo,parece que hubieras estado en mi casa ayer mismo jaja. Mi marido es de esos que con otros papis solo habla de las cosas que NO sabe hacer nuestro hijo, o de las que cree que no sabe, que a veces le pillo diciendo que no sabe hacer algo que si sabe en realidad. Ayer le dije que estaba harta de oir decir solo cosas negativas, que también habíaque decir las positivas porque el niño no es tonto, nos está oyendo, y si solo oye lo que hace mal,o lo que no hace, vaya flaco favor para su autoestima!! Luego el tema etiquetas: eres un mimoso, eres malo, eres mal comedor.. etc etc.Menos mal que mama ya se encarga de decir lo bueno para compensar este desastre de padre que tenemos…
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Yo tengo muy en mente lo de evitar las comparaciones y más aún entre hermanos, lo de las etiquetas me cuesta más pero estoy en ello… Pero lo que más cuesto es que las demás personas cercanas también lo traten en esta línea, porque oyes cada cosa que te los comerías… En fin!
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Tienes razón. Creo que es una batalla pedida tratar de hacer ver a tu familia (natural y política) que no deberían decir ciertas cosas a los peques. Porque claro, luego te tachan de exagerada y maniática…
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En eso andamos. Al haber tantos primos es inevitable que comparen y ellos se enteran de todo. Recuerdo de pequeña que me comparaban y lo odiaba.
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