¡Socorro, vamos a ser padres! 🙂
El 6 de marzo de 2013 volvía del trabajo a casa y me pasé por la farmacia. Tenía un trancazo bastante importante y al día siguiente acudiría al médico. Dados mis antecedentes asmáticos tengo que cuidarme bastante en lo que a resfriados se refiere. Además, la regla se estaba retrasando desde hacía unos días (por aquel entonces era como un reloj) y necesitaba saber si estaba embarazada por si la doctora me recetaba algún medicamento. «Un test de embarazo«, pedí. Y una sonrisilla asomó por mi cara, algo presentía…
Llegué a casa con esos nervios guays, como yo los llamo, instalados en el estómago. Son los nervios del día de antes de emprender un viaje o de la noche de Reyes, pensando en los regalitos que tendrás.
«Toma, lee tú las instrucciones, que ya sabes que yo no me entero bien y además estoy nerviosa». ¡Por Dios! Eso tenía más letra que los contratos bancarios: que si falsos positivos, que si falsos negativos, que si leas el resultado en 5 minutos o si no el test se autodestruirá en 3 segundos…
– Bueno, ¿te lo haces o qué?
– No sé, como pone que es mejor con la primera orina de la mañana…
– Pero mejor salir de dudas ahora, ¿no?
– ¿Y si no sale bien porque la concentración de la hormona del embarazo (la famosa gonadotropina coriónica humana) es baja?
– Venga, ¡háztelo!
– Vale. Voy a por un vaso.
– ¿Pero vas a hacer pis en un vaso?
– ¿Y dónde quieres que lo haga? ;P
A los pocos minutos…
– Voy a dejarlo encima de la mesa. En 5 minutos hay que mirar el resultado. No mires, ¿eh?
Pero miró… 😉
Y en ese momento, entre lágrimas, risas y abrazos, fuimos conscientes de que nada sería igual. Tras 8 meses de intentos, esperanza, incertidumbre, desconsuelo…, íbamos a ser padres, por fin. Comenzaba nuestra nueva vida. ¡Tenía un garbancito en mi interior!
¿Recordáis cómo fue vuestro momento? 🙂
Qué especial, ¿verdad? Y más si fue tan esperado. Yo me lo hice al alba y en soledad. Ya me había hecho tests más veces pero ya tenía presentimiento… ¡la sorpresa del papi fue de incredulidad! No se fiaba del test y hasta que no se lo dijo el médico, ¡no me creía! jajaja
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¡Jaja! Estos hombres… 😉
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enhorabuena por estos dos años eh! yo también me acuerdo de ese momento en el que miré el predictor y tachán… dos rayitas!!! momentos únicos!
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🙂 ¡Gracias! Fue genial, sí.
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Momentazo! Aunque lo veas venir, yo también era super-regular, hasta que no sale el resultado, no terminas de creerlo. Feliz test aniversario! Jijiji
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¡Gracias! 🙂
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